Hoy nos ponemos en el lugar de Pedro. Imagínate siendo interrogado amorosamente por Jesús: ¿Me amas?, nos dice.
Cada aspecto de nuestra vida puede ser una respuesta a esa pregunta.
«Simón, hijo de Juan, ¿me amas? Él le contesta: Sí, Señor, tú sabes que te quiero» (Jn 21,16)