En las parábolas del evangelio de hoy, se nos cuenta una historia semejante: la de una pérdida dolorosa de alguien o algo muy apreciado, un búsqueda intensa por parte de su dueño y una inmensa alegría al recuperarlo. Seguro que has experimentado alguna vez esa alegría, pues «habrá más alegría en el cielo por un solo pecador que se convierta».
