Con título cristológico de «Cordero de Dios» se presenta a Jesús como el Salvador por quien alcanza la salvación de Dios hasta el confín de la tierra (cfr. I lectura), y a quien se le puede invocar en cualquier lugar del mundo (cfr. II lectura). Mensaje, sin duda, muy adecuado en la Jornada de Infancia Misionera, que hoy celebra la Iglesia.