Estamos llamados a “negociar” los talentos recibidos, como nos recuerdan estos versos:
“¡Vendrá el Señor! No gastes energías
especulando el cómo, el día o la hora…
Vendrá sin adelanto ni demora.
¡Negocia los talentos y los días!
Alejado de necias fantasías,
realiza tu deber aquí y ahora.
como si al sol de la siguiente aurora
fuera a ocurrir la vuelta del Mesías…”
(P.Jaramillo)