La frase de Jesús es una invitación a la vigilancia. «Estad vigilantes» es lo mismo que decir «cuidad con esmero el don del Reino que ha sido plantado en vuestros corazones».
La advertencia no es vana, pues no siempre somos conscientes del don que hemos recibido ni siempre lo cuidamos con la dedicación, sencillez y alegría que se nos pide» (cf. Pedro Fraile).
“Tened ceñida vuestra cintura y encendidas las lámparas” (Lc 12,35).
