Al cielo vais, Señora,
y allá os reciben con alegre canto.
¡Oh quién pudiera ahora
asirse a vuestro manto
para subir con vos al monte santo!
De ángeles sois llevada
de quien servida sois desde la cuna,
de estrellas coronada:
¡Tal Reina habrá ninguna,
pues os calza los pies la blanca luna!…
(Fray Luis de León).
«Una mujer vestida de sol, y la luna bajo sus pies y una corona de doce estrellas sobre su cabeza» (Ap 12,1).