Queridos feligreses.
En el principio de curso, se retoman las tareas y se inician otras nuevas.
En el ámbito pastoral, los agentes que las realizan suelen ser voluntarios generosos e incansables que la iglesia con alegría y agradecimiento envía cada año a sus respectivos quehaceres: catequesis, Cáritas, PAI (Proyecto de Atención a la Infancia); limpieza y mantenimiento del templo, salones y jardín, formación, liturgia y coro, consejos de pastoral y de economía…
Todos ellos son un don, un regalo de Dios a la comunidad -y también a los sacerdotes encargados de ella-.
Sin ellos sería imposible llevar adelante la vida parroquial. Con ellos es fácil caminar como una comunidad creyente seguidora de Jesucristo que atiende a los padres que se acercan con sus hijos para que les ayudemos a iniciarlos y educarlos en la fe. Una comunidad que acoge a los que solicitan una ayuda material o una palabra de aliento; que ofrece una liturgia participada y se esmera en su preparación y desarrollo; que tiene unos espacios litúrgicos y pastorales limpios y bien cuidados y que quiere desarrollar no sólo la colaboración, sino la corresponsabilidad de todos.
A todos los que ya “sois”, muchísimas gracias (seguro que Dios os lo pagará con creces); a todos los que queráis “ser” y así uniros a esta corriente de servicio a los demás y de generosidad, ¡bienvenidos!
Con el deseo de que tengamos un buen curso pastoral 2025-2026, un cordial saludo.
Vuestro párroco. Eugenio Abad.