En estos meses veraniegos de movilidad y, por tanto, para muchos, de ausencia de las celebraciones parroquiales habituales, recordemos que estemos donde estemos, la presencia del Señor siempre nos es necesaria.
Recuerda también que estés donde estés, tu presencia estará en medio de nuestras celebraciones. Tu presencia, Señor… siempre.
Vuestra presencia, hermanos…siempre.