Tú, yo y todos, no de una forma anónima, sino con nuestros nombres y apellidos somos invitados a las bodas del Cordero, al banquete de la salvación.
¿Ponemos excusas?...
Tú, yo y todos, no de una forma anónima, sino con nuestros nombres y apellidos somos invitados a las bodas del Cordero, al banquete de la salvación.
¿Ponemos excusas?...