“¿Qué es esto?” (Ma-nu), se preguntaban los israelitas en el desierto, desde el desconocimiento, al ver el alimento que Dios les proporcionaba.
“¿Qué esto?”, nos lo preguntamos también nosotros, desde la satisfacción, al experimentar la novedad que Dios nos da en Cristo; y desde el asombro, al escuchar a Jesús decirnos: “Yo soy el pan de vida”.