San Francisco Javier

En este inicio del año, siguiendo una bendición antiquísima irlandesa, «pedimos al Señor que nos sostenga en la palma de sus manos; que sintamos que nuestra vida y la de nuestros seres queridos está como escondida, cálidamente protegida, en el cuenca de unas manos, que un día nos llamaron a la existencia, en las que nuestros nombres están tatuados y en las que otro día acabaremos definitivamente descansando». (J. Gafo).

Ir al mes en curso