
Domingo VI de tiempo ordinario
Aquel que «ha visto» que Dios sana los corazones destrozados y venda sus heridas (Sal 146,3), tiene la confianza necesaria y la fuerza suficiente para,
Aquel que «ha visto» que Dios sana los corazones destrozados y venda sus heridas (Sal 146,3), tiene la confianza necesaria y la fuerza suficiente para,
Cuando respondemos a la invitaciòn que nos hace Jesús de «venid y veréis» -cuando vamos a él-, vemos que, como hizo con la suegra de
Ante la propuesta del Señor «convertíos y creed», cabe la posibilidad de no escucharle, por eso el Salmo 94, hoy, nos advierte: «¡Ojalá escuchéis hoy
En el encuentro personal o comunitario con Jesucristo, si lo escuchamos, percibiremos que nos invita a convertirnos y a creer en su Evangelio, a experimentar