
2º Domingo de Navidad
«Dios asume la carne justamente para destruir la muerte oculta en ella. Como los antídotos de un veneno, una vez ingeridos, anulan sus efectos y
«Dios asume la carne justamente para destruir la muerte oculta en ella. Como los antídotos de un veneno, una vez ingeridos, anulan sus efectos y
María, Madre de Dios, nos entrega a Jesucristo, el Salvador. A Él le pedimos, en este inicio del año nuevo, que bendiga: al mundo con
“En Navidad celebramos que Dios está cerca (…), peregrina por nuestros caminos, vive nuestra vida y muere nuestra muerte. Ha hundido su vida eterna en