El cuarto domingo de Pascua nos dice que seguir al Resucitado es, utilizando una imagen del mundo rural y muy bíblica:
– Formar parte de su rebaño. Él es el pastor de nuestras vidas.
– Comer de sus pastos. Él es el alimento de nuestras almas.
– Entrar por Él en su redil, pues es la puerta de la salvación.
En este domingo rezamos por las vocaciones a la vida religiosa y por las vocaciones nativas. Que el Señor nos bendiga con buenos pastores.
