Jesús nos enseña el Padrenuesrro. En él pedimos saber compartir el pan, poder ofrecer el perdón y lograr vencer la tentación. De ese modo, la humanidad conseguirá santificar el hombre de Dios, construir su Reino y hacer su voluntad.
“Una vez que estaba Jesús orando en cierto lugar, cuando terminó le dijeron: Señor, enséñanos a orar” (Lc 11,1).