«Todos los años, el primer domingo de Cuaresma escuchamos el evangelio de las tentaciones como si fuera una llamada de atención: las tentaciones forman parte de la vida, no lo olvides y vigila» (Santiago Aparicio).
«…El Espiritu lo fue llevando por el desierto, mientras era tentado por el diablo». (Lc 4,1-2)