«No basta con creer en Dios por muy auténtica que sea nuestra fe, ni es suficiente confesarla públicamente de vez en cuando; los creyentes tenemos que aprender a respetar a Dios, aceptándole tal como es y como quiere ser con nosotros» (J.J. Bartolomé)
«¡Ponte detrás de mi, Satanás! ¡Tú piensas como los hombres, no como Dios» (Mc 8,32)