La petición que hicieron los leprosos, según el evangelio de hoy: «Jesús, Maestro, ten compasión de nosotros» es parecida la que los cristianos también dirigimos a su madre y nuestra madre la Virgen: «Santa María, madre Dios, ruega por nosotros», «vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos».
«Vueve a nosotros esos tus ojos misericordiosos» (La salve)