San Francisco Javier

Si en la Transfiguración el aspecto del rostro de Jesús cambió, en la oración,donde buscamos y  vislumbramos ese rostro transfigurado, se nos capacita para cambiar también el nuestro (es decir, nuestra vida).

«Oigo en mi corazón «Buscad mi rostro». Tu rostro buscaré, Señor». (Sal 26,8)

Ir al mes en curso