Creemos que Jesucristo para nuestra salvación bajó del cielo, pero ¿por cómo entrará en nuestro mundo “el Rey de la gloria” (Salmo)? La respuesta nos la da Isaías: por las entrañas de una virgen (I lectura); ¿dónde tendrá lugar tal acontecimiento? “en la estirpe de David” (II) y ¿cuándo sucederá? En tiempos de dos jóvenes nazarenos, María y José (III). Por eso, nuestro credo continúa diciendo que bajó del cielo, encarnándose, haciéndose hombre.