Con Jesús en la barca, todo puede cambiar:
- El desaliento en entusiasmo («echaré de nuevo las redes»),
- Lo superficial en profundidad («Rema mar adentro»).
La indiferencia ante el necesitado en un compartir generoso y esperanzado (como dice el lema de Manos Unidas: «Compartir es nuestra mayor riqueza»).
«Maestro, hemos estado bregando toda la noche y no hemos cogido nada» (Lc 5, 5).