Al recordar hoy la última Cena de Jesús con sus discípulos,
nosotros con sentimiento agradecido le decimos:
“Gracias, Señor, por este don admirable de tu Cuerpo y tu Sangre;
sacramento de tu presencia viva entre nosotros,
sacramento de comunión con Dios y los hermanos.
Gracias, Señor, por haceros ver que “cada gesto cuenta”,
como nos dice Cáritas en este día del amor fraterno,
en este año de la pandemia.
Gracias por darnos la fe que nos desvela este misterio;
por darnos la caridad que nos ayuda a vivirlo
y por darnos la esperanza que de él rezuma.
Gracias, Señor, por el sacerdocio
que en esa misma noche -noche santa- instituiste
para dejarnos pastores según tu corazón.