San Francisco Javier

En la Ascensión, Cristo deja de ser visible, pero continúa siendo presente. La Iglesia encuentra su presencia real, no queriendo retener su presencia visible, sino recibiendo su Espíritu y dejándose inundar por Él.
De este modo, pasamos a ser su «visibilidad». La Iglesia -los cristianos- cumpliendo la misión encomendada pasamos a ser el cuerpo visible de Cristo.

Ir al mes en curso