Todos los tiempos (todas las épocas) son tiempos de “encuentro”, pues el ser humano es el resultado de un encuentro y para crecer necesitamos “encontrarnos” con los demás. Hay mucho en nosotros de los otros, de aquellos (con nombre o anónimos) que nos han forjado, y a quienes debemos tributar un profundo y sincero sentimiento de gratitud.
Todo tiempo (cada estación del año o cada hora del día) es tiempo de “encuentros”. Continuamente nos “encontramos” o interrelacionamos con los demás.
El verano es un tiempo muy propicio para potenciar el “encuentro” o los “encuentros”. El encuentro con la familia, con los amigos, con la naturaleza, con Dios, consigo mismo…
En estos meses, en las vacaciones que podamos disfrutar, cuidemos los encuentros festivos, familiares, vecinales, turísticos, religiosos…pues todos nos pueden enriquecer en nuestro crecimiento como personas.
Me hago el encontradizo con vosotros por medio de este cordial saludo.