"Recuerda que eres polvo".
Con estas palabras y la imposición de la ceniza, la cuaresma nos alerta de nuestra debilidad y de que estamos contagiados de pecado (nos mueven grandes y nobles aspiraciones pero también frecuentes y mezquinos egoísmos). Por eso, al mismo tiempo, nos invita a ponernos en cuarentena frente a ese virus: "Conviértete y cree en el evangelio".