San Francisco Javier

Ante el misterio del Nacimiento de Dios, contemplamos agradecidos y adoramos al Señor.

Miramos con los ojos de fe y confesamos que «Hemos contemplado su gloria…» y la nuestra. ( cfr. Eucaristía p.87).

«Pero a cuantos lo recibieron, les dio poder de ser hijos de Dios» (Jn, 1,12).

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