Como viene siendo habitual desde 1887, cuando el Papa León XIII instituyó la jornada de oración y ayuda en favor de la Custodia de los Santos Lugares y de la Iglesia presente en el país de Jesús, el Viernes santo recordamos aquellos cristianos tan necesitados, aquellos lugares tan entrañables y aquellos templos tan venerados. Este año con el lema: Una sola cruz, una sola esperanza.
En la colecta parroquial se recogieron 303 euros.