Los discípulos de Jesús se hallaban «contándose» -en comunidad- cuanto habían visto y oído, cuando Él se les apareció de nuevo. Tenemos el peligro de no encontrarnos con Cristo, cuando hacemos lo posible por no encontrarnos con los cristianos. Hoy, más que nunca, necesitamos «decirnos» unos a otros nuestra fe y esperanza. Y entonces, el Resucitado se hará presente en medio de nosotros.